Pía cambia de opinión y decide ayudar a Curro…, mañana en ‘La Promesa’.
Martina está desesperada… Adrian está a punto de tirar la toalla con Catalina y siente que todo se le va de las manos. La única solución es contarle que es el padre de los niños que espera.
Pero Manuel la frena… no puede hacer tal cosa sin el permiso de su hermana, pero es consciente de la situación. Martina le propone algo: que Adriano se entere «accidentalmente».
Lorenzo intenta acercarse una vez más a Leocadia y mostrarle su apoyo, como un aliado al que no puede rechazar… pero ella no lo quiere a su lado y le recuerda lo peligrosa que puede llegar a ser.
Manuel toma una decisión clave para su futuro y el de La Promesa: no se marchará a Italia. Así se lo comunica tanto a Alonso como a Martina, desvelándoles que su verdadero plan es continuar con su vocación en el negocio de la aeronáutica, pero desde España. Su intención es clara: generar ingresos para poder ayudar a reflotar la maltrecha economía del marquesado.
Por otro lado, Martina consigue convencer a Adriano de que no abandone su lucha por Catalina. A pesar de los múltiples rechazos que ha sufrido, le anima a mantenerse cerca y darle una última oportunidad, pues aún cree que puede haber esperanza entre ellos.
Mientras tanto, un hecho empieza a generar revuelo entre los miembros de la familia: poco a poco descubren que Leocadia se ha instalado sin permiso en la habitación que ocupaba Cruz.
María Fernández, cada vez más convencida de que su sitio ya no está en el palacio, redacta su carta de renuncia. Justo cuando está a punto de dar el paso, aparece Lope, que, conmovido, intenta hacerla entrar en razón y evitar que cometa lo que él considera un grave error.
Ana cambia de estrategia con Pía y se muestra más cercana que nunca de ella, facilitándole las cosas con Dieguito. La doncella se siente en deuda y busca devolverle el favor, pero Santos le «sugiere» que se mantenga lejos de su familia.
La tensión también se palpa entre Candela y Antoñito. La cocinera, cansada de ver el sufrimiento de Simona, se enfrenta al muchacho por su actitud hacia su madre. La reprimenda tiene un efecto inesperado: Antoñito se marcha del palacio sin avisar a nadie, dejando tras de sí una sensación de preocupación.
Paralelamente, Curro y Teresa animan a Pía a tomar una decisión drástica. Convencida de que es el único camino para obtener respuestas sobre la muerte de Jana, la doncella se embarca en una acción que, de salir mal, podría llevarla directamente a la cárcel… o condenarla moralmente para siempre.
